lunes, 17 de marzo de 2014

Una vergüenza, las bases de datos del Estado

Es una vergüenza, por decir lo menos, que esté pasando lo que en varias columnas he denunciado, como es el hecho de que las bases de datos de las diferentes entidades del Estado no se encuentren sincronizadas y no sean confiables. Como lo he advertido, un ciudadano puede ser una persona diferente según la base de datos que se consulte. Puede tener una edad diferente o vivir en una dirección distinta –para dar un ejemplo– según la base de datos que se consulte, y ahora, según lo informó este diario el viernes, puede estar vivo, aunque ya no lo esté.
No hay derecho a que se hayan detectado 190.000 afiliados repetidos porque se ingresaron varias veces a la base de datos las mismas personas, pero con errores ortográficos o equivocación en sus números de cédula, lo que hace que para el sistema de información sean diferentes. Este error se debe a la pésima calidad de los usuarios que ingresan estos datos. Lo peor es que se podría saber quiénes fueron, obviamente para despedirlos, si se les hiciera seguimiento a las bitácoras de las bases, en las que se pueden detectar la hora, el usuario y el computador del que se reportaron estas novedades con errores. Pero no se hace nada.
Que a los colombianos las 89.000 personas muertas físicamente, pero vivas digitalmente, nos estén costando 50.000 millones de pesos al año por el pésimo manejo de las bases de datos de las entidades responsables es un absurdo. Sobre todo cuando hay soluciones y procesos que se pueden implementar para detectar estas anomalías. Lograr que sus bases sean íntegras y confiables, actualizadas en tiempo real y en línea, le va a costar al Estado mucho menos que la plata que se está perdiendo por falta de control.
El Gobierno, ahora que hay un viceministerio en la cartera de TIC, responsable de los sistemas del Estado, debe apresurarse a implementar soluciones, como la administración de procesos de negocios (BPM en inglés), que permitiría controlar estos monumentales y costosísimos errores. Sus responsables deberían ser destituidos para así dar un ejemplo. Y se debería empezar a hacer auditorías periódicas para establecer la confiabilidad de la información contenida en ellas.
Guillermo Santos Calderón
guillermo.santos@enter.co
Publicación
eltiempo.com
Sección
Editorial - opinión
Fecha de publicación
16 de diciembre de 2013
Autor
Guillermo Santos Calderón

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